EL PRINCIPIO DE LA CUEVA DE LAS GRADERAS
En abril de 1961, durante la Semana Santa.
Mi hermano Jorge Torres me llamó por teléfono diciéndome que por favor atendiera y acompañara a la cueva de las Baticambras a un amigo de él, de nombre José Subils.
José Subils vino a Molinos con su hermano Francisco Subils y un amigo, Francisco Cárdenas.
Me preguntan subiendo a las Baticambras que si había simas por Molinos y les dije que bien. Cerca teníamos la sima de las Graderas y fuimos a verla inmediatamente. Estando en la sima, se nos echó a llover un poco y nos bajamos a retirarnos a la entrada de las Cuevas de las Graderas. Esperando que pasara la lluvia nos pusimos a fumar y nos dimos cuenta que el humo entraba en la Cueva y que había corriente de aire. Nos decidimos entrar a la Cueva por un hueco de unos 50 cms de diámetro. Entramos Francisco Subils y Juan José Torres solos por el hueco y los otros no hicieron caso al no darle importancia. Una vez cruzamos el estrechamiento inicial de menos de un metro de longitud, nos vimos sorprendidos de lo que estaban viendo nuestros ojos. Estuvimos dentro, unos tres cuartos de hora y se nos hizo tarde para ir a ver la Cueva de las Baticambras.
Al día siguiente subimos otra vez a las Cueva de las Graderas para continuar explorándola, esta vez vino con nosotros Severiano, encontramos un cráneo humano del que no he tenido conocimiento posterior. Estuvimos todo el día dentro de la Cueva, incluso no salimos al exterior ni a comer para aprovechar más el tiempo.
El tercer día fuimos a la Loma de la Paridera de la Manzanera a ver una sima que hay allí, para lo que tuvimos que utilizar cuerdas para bajar.
Al cuarto día regresaron sin mi compañía a la Cueva de las Graderas.
JUAN JOSÉ TORRES